El Paisaje Protegido Valle del Lunarejo se sitúa en el extremo noroeste del departamento de Rivera, en estrecha proximidad con las ciudades de Artigas y Salto, así como con la frontera disputada con Brasil. Se encuentra en la región septentrional del sistema de la Cuchilla de Haedo, desempeñando un papel crucial como corredor biológico que facilita la migración de especies subtropicales de flora y fauna desde el sur de Brasil hacia el territorio uruguayo.

Cómo llegar

Para llegar al Parque Natural Regional Valle del Lunarejo, se puede acceder mediante la Ruta 30, cerca de las localidades de Masoller, Boquerón, La Palma y Lunarejo. El Centro de Visitantes se encuentra ubicado en el kilómetro 237 de la Ruta 30.

El Valle del Lunarejo es un enclave representativo de las Quebradas del Norte, una región que se distingue por su extraordinaria belleza paisajística, con elementos escénicos únicos en Uruguay. Caracterizado por cerros de cimas aplanadas que delinean valles estrechos esculpidos por cursos de agua conocidos como “quebradas”, este paisaje ofrece una vista impresionante de la naturaleza en su estado más majestuoso.

Las quebradas, profundas incisiones talladas en la roca basáltica, presentan pendientes notables y un relieve vigoroso, donde se entrelazan cuevas, acantilados verticales y cascadas, rodeados de una vegetación exuberante de tipo selvático subtropical.

Este espacio alberga una diversidad notable de hábitats naturales, que incluyen pastizales, bosques serranos y ribereños, matorrales, arroyos y cañadas, proporcionando refugio y alimento para una variedad de especies de fauna autóctona. En cuanto a las aves, se han registrado al menos 150 especies, muchas de ellas exclusivas de este lugar y algunas con poblaciones locales significativamente más altas que en otras partes del país. Destacan especies como el tachurí coludo, la bandurria amarilla y la viudita colorada.

En el ámbito de los anfibios, sobresalen especies raras como la ranita uruguaya y el sapito de Devincenzi; mientras que en el reino de los reptiles, la presencia de la víbora de cascabel, extinta en el sur del país, es notable. Entre los mamíferos, encontramos al oso hormiguero chico, el tatú de rabo molle, el gato margay, el coatí, el coendú y el guazubirá, entre otros.

Este paisaje es el resultado de una larga interacción entre las actividades humanas, principalmente la ganadería extensiva, y el entorno natural. Su conservación no solo busca proteger estos destacados atributos naturales, sino también preservar importantes valores históricos y culturales ligados al territorio. El relieve de la zona desempeñó un papel estratégico en las revoluciones uruguayas y en las de Rio Grande do Sul. En particular, cerca de la localidad de Masoller, en 1904 tuvo lugar una batalla que marcó el fin de las guerras civiles en Uruguay, donde resultó herido de muerte el general Aparicio Saravia. Aún hoy se pueden apreciar construcciones de piedra, en buen estado de conservación, que desempeñaron un papel relevante en aquellos conflictos históricos.